Docentes de filosofía
Los profesionales casi olvidados…
A los profesores de filosofía se les ve recorrer largas distancias para impartir las pocas lecciones que el Ministerio de Educación Pública (MEP) les ha asignado, y por las cuales reciben salarios extremadamente bajos. Completan sus ingresos trabajando en otros oficios para poder sobrevivir. La angustia y la frustración los invade porque no tienen la seguridad de ser nombrados el siguiente año, a pesar de tener licenciaturas y hasta maestrías en esa especialidad.
Norma Umaña/Prensa APSE
Diciembre 2012
!/media/import/2012/12Diciembre/fts/abandonados/1.jpg!De ¢250.000 que recibe, gasta mensualmente ¢100.000 en gasolina, para trasladarse a los colegios donde imparte las clases de Filosofía.
Reysell Ceciliano Valverde logró, con grandes costos, que le asignaran 21 lecciones, distribuidas en cinco centros educativos, ubicados en zonas geográficas distantes, desde Desamparados hasta Cartago. Se trata de un típico profesor “taxi”.
En tres colegios de Desamparados (provincia de San José) dicta nueve lecciones, luego debe viajar 25 kilómetros para llegar a Llano de Los Ángeles, en la zona de Los Santos, donde también tiene nueve lecciones, y para completar las 21, en Agua Caliente de Cartago, recorre otros 25 km.
Las lecciones en los colegios de Desamparados las imparte en tres días diferentes. “Este engorroso horario se podría solucionar si los directores fueran más accesibles”, alega el profesor apsino.
La falta de oportunidades de empleo para los docentes de filosofía se ha agudizado por el cierre de esta asignatura en los Colegios Experimentales Bilingües y por el otorgamiento de estas plazas a otros profesionales, sin formación específica en filosofía.
La Universidad Nacional (UNA) y la Universidad de Costa Rica (UCR) continúan graduando profesionales en filosofía pura y en enseñanza de la filosofía, respectivamente, sin que se cuente con un estudio sobre las opciones laborales para estos profesionales.
!/media/import/2012/12Diciembre/fts/abandonados/2.jpg!La UCR está a punto de graduar a 10 personas en esta disciplina, mientras que 60 más están cursando estudios, según confirmó Kattia Arroyo, coordinadora de la carrera de la Enseñanza de la Filosofía.
“Si no hay expectativas de empleo, estamos frente a un atraco, por lo que hay que hablar seriamente con las autoridades universitarias”, manifestó el secretario general de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), Mariano Rodríguez Pacheco.
Mientras se logra una solución, profesores como Reysell, año con año, sufren la angustia de perder las pocas lecciones adjudicadas.
Alejandra Sánchez Barrientos no recorre grandes distancias, pero únicamente recibe al mes ¢80.000, lo que la coloca en una gravísima situación económica y emocional.
“Vengo de una condición económica dura; opté por una carrera (filosofía) que creí me iba a dar frutos en un futuro no muy lejano”, manifestó.
Alejandra cuenta con apenas nueve lecciones distribuidas en el Colegio de Cascajal de Coronado y el Colegio Superior de Señoritas.
“Me causa frustración esta falta de empleo, a tal punto que una se pregunta si tendré que buscar trabajo de nuevo en un restaurante, pero a una mujer como yo, de 31 años, ya no nos dan trabajo”, dijo, al tiempo que se mostró convencida de seguir dando la pelea, junto con la APSE, con la firme esperanza de que con su profesión pueda llegar a vivir dignamente.
En la zona rural el panorama es similar. La formación en teología le sirvió al Prof. Daniel Guadamuz para impartir lecciones de religión en una escuela y colegio privados de Abangares de Guanacaste, y así completar, con las de filosofía, un total de 42 lecciones.
En otro escenario más dramático están los docentes que tienen seis o menos lecciones de filosofía o se encuentran desempleados. Tal es el caso de una apsina de Cartago, quien tras laborar seis años para el MEP, solo ha logrado obtener seis lecciones, y para poder sostener a su familia trabaja como entrenadora física.
“Me ha sorprendido el descuido laboral para estos docentes”, manifestó Kattia
Arroyo, coordinadora de la carrera de Enseñanza de la Filosofía de la UCR, quien
informó de que están por graduarse 10 más, quienes corren
el riesgo de no encontrar empleo.
Los vientos de lucha ya empezaron a soplar. La APSE ha alzado la voz para defender los derechos de los profesionales de filosofía; sin embargo, para alcanzar los objetivos es necesario seguir reagrupando fuerzas y acuerpando a este grupo tan valioso de jóvenes, que, no obstante las condiciones de precarización laboral que enfrentan, no desisten de continuar luchando para que el MEP no haga oídos sordos a sus clamores.