Primero, queremos decir que la violencia contra las mujeres y las niñas constituye una violación de los derechos humanos. Según la ONU y la OMS, se considera violencia contra la mujer «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada».
Estamos viviendo momentos, a escala mundial, en que se reconoce que, antes de que comenzara la pandemia de COVID-19, una de cada tres mujeres sufría violencia física o sexual, en su mayoría, por parte de su pareja; nos enfrentamos a un día que conmemora la lucha de las mujeres por eliminar la discriminación y la violencia en nuestra contra y repudiamos, desde nuestra plataforma de lucha colectiva, cualquier acción que atente contra este principio de lucha.
Estamos sabidas de que desde que se desató la pandemia, se han incrementado los datos que indican un incremento de llamadas a líneas de atención de casos de violencia en el hogar y los nuevos datos e informes que presentan quienes están en primera línea, revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar.
La pandemia golpea, con mayor crudeza, el empleo de las mujeres, especialmente a las trabajadoras de la educación, quienes desde el principio de este confinamiento han recibido permanentes agresiones por distintas fuerzas que las acusan de no trabajar o recibir sus salarios de gratis; mientras ellas no solamente han asumido, con gran responsabilidad, las capacitaciones y trabajos profesionales; sino también las labores de cuido de la familia, los procesos de enseñanza aprendizaje de sus hijos e hijas y la atención de sus hogares, en general. Asimismo, han sido sometidas a presiones externas que cuestionan su labor y con mucha responsabilidad, han sostenido, con sus compañeros, el proceso educativo de este país.
También, todas las mujeres que hoy laboran en sus casas están sobrecargadas por labores domésticas que les impiden tener una vida saludable tanto desde la perspectiva física como emocional. La sobrecarga de trabajo en el hogar ha traído en desmedro la salud de nuestras trabajadoras de la educación y otras muchas que, desde sus casas realizan sus labores técnicas y/o profesionales sin una legislación de teletrabajo que las proteja y garantice que cuentan con los medios adecuados para realizar las tareas.
Asimismo, el acoso sexual y otras formas de violencia contra las mujeres siguen acaeciendo en la vía pública, en los espacios públicos y en Internet. Desdichadamente, muchas de las sobrevivientes no disponen de la información necesaria y desconocen los medios a los que pueden acudir para recibir servicios de apoyo.
Es la pandemia en la sombra que crece en medio de la crisis de la COVID-19 y necesitamos un esfuerzo colectivo general para detenerla.
En términos de empleo, fueron las mujeres costarricenses quienes ocupaban el 52,5% de los puestos de trabajo que se perdieron en agosto del 2020, de acuerdo con el último informe del Estado de la Nación. El país sufre casi una década de retroceso en el posicionamiento femenino en el mercado laboral.
La brecha social es más clara cuando se observa que la cantidad de mujeres ocupadas en el 2019 eran 846.261, mientras 1.336.934 hombres. La cantidad de ocupadas es de 616.533 hoy. Esta condición les genera una alta inestabilidad en los ingresos y les aumenta la vulnerabilidad social ante la eventualidad como enfermedad, maternidad, accidentes laborales, invalidez, vejez y muerte.
Desde APSE Sindicato y la Secretaría Permanente de la Mujer, en el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer, denunciamos los abusos existentes a pesar de una legislación y nos comprometemos a la lucha contra cualquier tipo de violencia que contra la mujer se diera en nuestro sindicato y en nuestro país.
Zaray Esquivel Molina, Presidenta
Silvia Rovira Abarca, Vicepresidenta
Dennis Solís Cruz, Secretario General
Nora Gómez Mora, Secretaría de Asuntos de la Mujer
Prensa APSE, 24 de noviembre de 2020