APSE realizó el jueves 4 de abril de 2019 el foro «Las pruebas FARO en el contexto de las reformas educativas actuales», donde se analizó la naturaleza de las nuevas pruebas evaluativas que aplicará el Ministerio de Educación Pública a partir del año 2019.
La Presidenta de APSE; Mélida Cedeño Castro, recordó que las pruebas FARO fueron impuestas por el MEP de manera inconsulta, sin informar a la comunidad educativa del cambio en las pruebas de evaluación de la Educación Diversificada, lo que ha causado confusión y temor entre la comunidad educativa.
El Lic. Mauricio Portillo Torres indicó que las pruebas FARO son nuevas herramientas de evaluación, por lo que su abordaje no debe ser restringido. Considera que los espacios para analizar estos temas no ha tenido debate suficiente abierto por lo que es necesario brindarles mayor abordaje. Indicó que las pruebas nacionales de evaluación del sistema educativo ya requerían cambios porque provocaban desigualdad.
Portillo realizó una investigación acerca del modelo evaluativo costarricense. Entre los principales hallazgos, concluyó que la evaluación educativa desde ser sistemática, articulada y de múltiples propósitos; requiere del diseño de un marco de referencia alineado con la política educativa y curricular; requiere un modelo educativo pedagógico y centrado en la persona, y son necesarios medios de evaluación más auténticos e integrales.
Respecto al tema de evaluación sistemática, y de múltiples propósitos, recordó que las pruebas de evaluación del aprendizaje NO son una evaluación ni del docente, ni del centro educativo ni del sistema educativo en general, aspectos que suelen confundirse en la opinión pública, sino que son exclusivamente evaluaciones que miden el desempeño estudiantil.
El reto es articular estas pruebas en un marco nacional de evaluación, construir un sistema de evaluación integral y alineado, dejar de lado la excesiva dependencia hacia una única prueba como fuente de información, y definir objetivos para las pruebas nacionales.
Respecto al diseño de un marco de referencia, recordó que hay habilidades cognitivas (que sí pueden evaluarse en estas pruebas), interpersonales e intrapersonales (que no se pueden evaluar en estas pruebas, sino mediante el trabajo de aula). Recordó que existen dos modelos evaluativos de las habilidades: un modelo reflectivo (donde al construir un concepto influye en todo el conocimiento) y uno formativo (donde se acerca a la esencia del conocimiento mediante referentes separados).
Calificó la evaluación como algo que no es un constructo, sino que es observable y se puede valorar desde la perspectiva del docente. Indicó que las pruebas de bachillerato no tenían un fin realmente educativo, porque solo lograban evaluar al estudiante en comparación con otros.
Respecto a las pruebas FARO, indicó que NO son pruebas criteriales, pues no se tienen condiciones para ello, es una prueba que utiliza métodos estadísticos y modelos psicométricos, referida a estándares abstractos y menos contextualizados. Opinó que la prueba FARO debe aspirar a ser una prueba de dominio que describa lo que la persona puede hacer en un área de contenido específico, donde el formato de los ítems evaluativos será más de selección de la respuesta y menos de producción de respuesta.
Portillo considera que existen otras opciones evaluativas, que deben basarse en evaluación de ejecuciones, basada en problemas, que presente al alumno desafíos o tareas de la vida cotidiana. En su investigación, concluyó que las pruebas deberían ser más auténticas, más educativas en vez de un ejercicio de psicometría, que contextualice sus habilidades y criterio, una prueba vivencial que responda a un modelo de producción de respuesta.
Entre los aspectos positivos de las pruebas FARO, señaló que permite un plan remedial, deja de ser una evaluación normativa, obliga a la construcción de un marco evaluativo coherente, y da mayor peso a la evaluación externa.
Entre los aspectos negativos de las pruebas FARO, indicó que el esquema mantiene la forma actual como prueba estandarizada de preguntas cerradas, está pendiente la articulación entre las prueba interna y la externa, mantiene una excesiva dependencia hacia la prueba nacional (llámese FARO o Bachillerato) y no valora otras formas alternativas de evaluación.
Por motivos de fuerza mayor, el Lic. Jorge Castro no pudo exponer su ponencia en este espacio.
Mélida Cedeño Castro
Presidenta
Roblin Apú Murillo
Secretario General
4 de abril de 2019
Prensa APSE